A cierta dama extremadamente delgada
Eres vacía, eres simple. Te muestas pura y tienes una simple misión: llevarnos a lugares más allá de los conocidos.
Tenemos dos opciones: contemplarte a través de la tristeza o burlarnos de tí, más por miedo que por orgullo.
Te miro a los ojos y la nada me espanta. Me gustaría pensar que tomarás mi mano dentro de muchos años; pero tus pasos se oyen a mis espaldas, acechándome. Sólo tu sabrás cuando es el momento.
<< Home