domingo, julio 01, 2007




I.

Somos estrellas en la noche de un esquizofrénico. Oímos las voces de un Dios que habla en sueños. La tierra manda olas infranqueables, donde miles de topos chocan entre corales monolíticos.No cabe duda que Dios es sonámbulo; sus meditaciones son campos luminosos que brillan en la oscuridad difusa, diluida por una luna débil, pero constante.

II.

El mar se convierte en mitad tálamo mitad testigo del Sonámbulo y su amante nocturna; mujer primera, prohibida. Buscan lugares donde concretar sus intenciones y sólo encuentran letras conocidas e ideas por florecer.

III.

Somos estrellas de una noche en la aventura de un esquizofrénico. Dejemos buscar al Dios sonámbulo y su amada; terminaríamos por hacer el divino mal tercio.