jueves, junio 15, 2006

Padre Lucifer


Anoche me tomé un café con Jung y me dijo que era necesario visitar el sótano. Así que hablé con él y le pedi que me acompañara.
Cuando la gente notó que ibamos de la mano, empezaron a hablar de lo bajo que había caído. De cómo las buenas costumbres que me habían inculcado se habían ido al caño.
Llegamos a la puerta, me abrió los ojos y me dijo: -Reconoce lo que también te pertenece.
Entonces el azufre no era tan desagradable, después de todo; porque era yo.

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